jueves, abril 19, 2007


LLIBRES

M’agraden el llibres. M’agrada pensar fer amics invisibles. Personatges que desprenen cada vegada una mica més de mi. Pàgines i pàgines que es desfan en les meves mans com una sorra humida que les onades s’entesten a trajinar. El tacte, la olor d’uns fulls que no puc ni vull oblidar. Vaig aprendre a conciliar el son enfonsant els pensaments de la jornada en uns relats que he après a recordar. A sentir. Tantes vegades he tancat els ulls pensant que podria parlar i formar part de la història. I tantes vegades els he obert pensant que el dia no feia més que començar, i que al capvesrpre tornaria al refugi d’aventures increíbles que em portarien al un món que d’alguna manera també era el meu món.

I tot plegat d’alguna manera sé que sé que li dec a un pare que se’n va. Un home que està a la penombra de la vida. Busquem paraules que no existiexen. La vellesa li ha fet uns ulls de boira, de pèrdua, de comiat. Un ulls que ara i per sempre més miraran enrera.

martes, abril 17, 2007


EL NUEVO FASCISMO EN ESPAÑA

Todos sabemos quien era Goebbels, el mago de la propaganda nazi, el artífice del "liderazgo" de Hitler. No todos saben que Hitler llegó al poder por las urnas, orquestando una campaña de desestabilización del gobierno democrático de entonces, soliviantando a las masas, acudiendo para ello a los elementos emocionales más irracionales del sentimiento nacionalista, la entronización del miedo, la conversión en verdades y en prioritarios falsos conflictos sociales, tachando de traidores a la patria alemana a sus gobernantes, etc.

Da la "casualidad" que la estrategia utilizada por el PP es la misma elaborada por el siniestro Goebbels en los años 30, que llevó al poder en Alemania al personaje y al movimiento político más inhumano y despótico y cruel que conoció la humanidad en el Siglo XX. Para los que desconocen esta similitud, basta recordar el manualito de
Goebbels y lo bien que se lo aprendieron los aznarines...

A los cándido les ruego efectúen una comparación entre el comportamiento del PP y sus secuaces con los principios que en su día entronizó Goebbels:

1. Principio de simplificación del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo. En el caso actual lo han entendido muy bien: el único enemigo es ZP.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma
individualizada. (ETA + ZP + ERC + Catalanes)

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes
negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan". (Cesiones continuadas a ETA durante 8 años, el juicio del 11M)

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier
anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. (sin palabras: de Juana Chaos..., el humo en el barco de fertilizantes en Galicia)

5. Principio de la vulgarización. "Toda propaganda debe ser popular,
adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar". (las palabras como traición, familia, libertad, "España se rompe"....)

6. Principio de orquestación. "La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez
desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas". De aquí viene también la famosa frase:"Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad".(Acebes + Zaplana + Jiménez los Santos + El Mundo)

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca
han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. (el cambio de las "conspiraciones" respecto el del 11M durante tres años, entre otras, sin contar con la "destrucción de la familia", etc. etc.)

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. (utilizando los medios de comunicación afines y a todos sus militantes con cargo emitiendo desinformación)

9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario,
también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.(España está en el mejor de sus momentos económicos, la legislación social es una de las más avanzadas de Europa, y MUY IMPORTANTE: convocar a una rebelión con la excusa de de Juana en vísperas del 11M)

10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional
o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. (España se rompe...la familia tradicional se rompe....)

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.(Decir
siempre que, lo que ellos dicen, es lo que piensan los españoles)

Creo, como muchos que conocen este tema a fondo, que debemos hacer ver a la
gente estas coincidencias de estrategia para que sepan por qué se producen
los ruidos, cuando se producen y qué política (fascismo puro) está tomando
de ejemplo el democrático PP.


RECORDANDO A JACQUES BREL...


"Un hombre no debería cantar cosas así", comentó la gran Edith Piaf cuando en 1959 oyó interpretar por primera vez a Jacques Brel Ne me quitte pas. «No me dejes./ No quiero llorar más./ No voy a hablar más./ Me esconderé aquí,/ para mirarte,/ bailar y sonreír,/ y para escucharte./ Deja que me convierta/ en la sombra de tu sombra,/ la sombra de tu mano,/ la sombra de tu perro. / No me dejes...», rogaba, suplicaba el cantautor bruselense llegado a París unos años antes, mientras del disco de 45 rpm La valse á mille temps, título además de otro de los temas que hizo crecer su leyenda como intérprete, vendía 500.000 ejemplares en sólo seis meses.

«En el primer tiempo del vals,/ completamente sola ya sonríes./ En el primer tiempo del vals,/ estoy solo pero te veo./ Y París que marca el tiempo./ París que mide nuestra emoción...» Poeta, compositor, cantante y actor, Jacques Brel acabaría siendo, sin embargo, mucho más que el autor de tan manida e inolvidable canción sobre el amor sumiso, como atestigua su inmensa y muy contemporánea obra, de cuando los verdaderos autores hablaban con honestidad de la vida y huían del éxito fácil.

Hace casi 25 años, el 9 de octubre de 1978, fallecía en un hospital próximo a París, a la temprana edad de 49, de un cáncer de pulmón. Desde 1975 navegaba por el mundo en su velero L’ Askoy y, como Paul Gauguin tres cuartos de siglo antes, había llegado al mismo lugar de Atuana, en la isla de Hiva Oa, en el lejano archipiélago de Las Marquesas. Allí sería enterrado, muy cerca del pintor, pero antes todavía tuvo tiempo y ganas de grabar un último álbum, de título simplemente Brel (Barclay, 1977); quizá su mejor álbum, justo al final.

Empezar a engañar

El artista había dejado prácticamente la canción hacia 1967, «porque estaba en el momento en que se empieza a engañar», para dedicarse más al cine y el teatro. Cuando salió al mercado, en el otoño anterior al de su muerte, las tiendas de discos de París, como las de toda Francia y toda Bélgica, su Llano país, se cubrieron de pilas enormes de aquel álbum, después de haber satisfecho más de un millón de pedidos por adelantado.

«Hablan de la muerte como tú hablas de una fruta./ Observan el mar como tú miras un pozo./ Las mujeres son lascivas, al sol temible./ Y aunque aquí no hay invierno, esto tampoco es el verano... En Las Marquesas...», descubre cómo quiso recibir a la muerte, cuando la veía llegar. Encima lo contaba sin ambages, del mismo modo que se consolaba con los recuerdos de su mejor amigo, Georges Pasquier, o que reconocía con amargura que «la vida no hace regalos» y expresaba, desde el anonimato en un aeropuerto, que «es triste/ Orly el domingo,/ con o sin Bécaud».

Brel será artífice destacado de la canción francesa de su época, de gran influencia tanto fuera como dentro de Francia, junto a autores e intérpretes como Piaf, Brassens, Bécaud, Léo Ferré, Ferrat, Barbara, Juliette Gréco o Charles Trenet, el mayor y el maestro de la mayoría, como él mismo reconoce.

Brel, como Brassens, no duda en cantarlo todo de todos: del diablo, del odio, de la ternura, de las mujeres, de las damas protectoras, del próximo amor, de Rosa, de Mathilde, de Marieke y de Clara, de los nombres de París y de la Bruselas de sus abuelos, cuando él «esperaba la guerra» y ella «esperaba a mi padre», o de los burgueses, de cuya forma de ser nunca pudo sustraerse del todo, aunque llegara a maldecirlos con sangrante ironía: «Los burgueses son como los cerdos, cuanto más viejos se hacen, más estúpidos se vuelven».

Solista

Cuando en 1961 actúa por primera vez como solista en el Olympia, Edith Piaf se rendiría a la evidencia y brindaría con buen vino tinto por el artista: «Va hasta el límite de sus fuerzas; cada frase te llega a la cara y te deja como groggy», detalla Marc Robine, cantante e historiador de la canción francesa, y autor del libro biográfico Grand Jacques, le roman de Jacques Brel (1998).

En 1964 vuelve a actuar en el mítico teatro. Esta vez, en medio de un repertorio a medio renovar, presenta Amsterdam, otro de sus éxitos instantáneos, que años después llegará a adaptar el camaleónico y sofisticado David Bowie, que no pudo resistirse a la fuerza expresiva de la canción que mejor resume el espíritu del vaivén humano en los puertos marítimos.

Volverá a tener otra gran actuación en el templo de las variedades, ya en 1966, pero al año siguiente se despide de la canción en Nueva York, hasta el entonces impensable último disco.

Independiente a muerte, no dejó sin embargo de especificar su compromiso con la sociedad de su época, cuando ya al final, en 1977, en el tema que dedicada al fundador del Partido Socialista de Francia, asesinado en 1914, acuña en el estribillo para que no se olvide jamás «¿por qué mataron a Jaurès?».

El engañoso ‘abad’

El descreído y socarrón Brassens le puso el sobrenombre de L’Abbé Brel, para el regocijo de Ferré, Reggiani, Leclerc, Moustaki y todos los que pululaban por los cabarets de París, tal era el talante parroquial del recién llegado. Pero Brel había dejado una acomodada vida –como director de la cartonería de su padre– y acabaría alejándose de su mujer y sus hijas: «la paternidad no existe», dice.

Brassens, poeta esencial, es siete años mayor, pero ambos comparten una amistosa y creativa rivalidad jalonada por temas abordados por ambos con maestría y agudeza, como los tratos con las mujeres, los excesos de los patrones, el acto de testar los bienes o la muerte.

Él mismo encontraba la gracia en una guitarra. Luego, todo lo arreglaban con combinatoria moderna sus inseparables el director de orquesta François Rauber y el pianista Gérard Jouannest, compañero de Juliette Gréco. La musa del existencialismo fue de las primeras en incorporar a Brel a su repertorio, con Le diable, allá por 1957: «Nada se vende pero todo se compra./ El honor e incluso la santidad, esto marcha./ Los Estados se transforman a escondidas/ en sociedades anónimas, esto marcha./ Los grandes se disputan los dólares/ venidos del país de los niños./ Europa repone El avaro...»

LA CONJURA DE LOS NECIOS

Leer el primer párrafo de La conjura de los necios supuso un hallazgo en todos los sentidos. Comencé a leer y tuve que seguir, intrigado y sorprendido. No era capaz de dar crédito a esa primera descripción del antihéroe americano.
Los personajes de este libro son como caricaturas de ellos mismos, rodeados de sus obsesiones y exagerados miedos. A pesar del humor que provoca la más placentera hilaridad, la atmósfera existencialista y desasosegada es parte de la temática de la novela. Los personajes están solos, devastados por las presiones exernas que les impiden lograr sus objetivos vitales. Sean cuales sean esa metas particulares, por muy descabelladas que parezcan, son la razón por la que existen esos personajes, los cuales no perderán la esperanza.
El autor mantiene el ritmo y la tensión de manera única y es capaz de mezclar en la cocktelera humor y amargura para lograr un efecto espectacular. También es muy interesante el empleo de los puntos de vista externos e internos para la caracterización de los personajes. Se presentan al lector filtrados por el ojo del narrador, para pasar a encuchar sus propias voces y más tarde saber lo que opinan sobre ellos los demás integrantes de la historia. Esta variedad de puntos de vista hace que el lector sea participativo y medite sobre el texto al mismo tiempo que se divierte. Para un ciudadano de Nueva Orleáns, sin embargo, no debió resultar divertido verse retratado de esa manera. Los temas candentes de los EEUU como el racismo, el abuso policial, el capitalismo feroz, la caza de brujas, la manipulación de los medios de comunicación y el rechazo a los comportamientos ajenos a la desgastada moral americana están tratados con maestría por Toole.